martes, 5 de febrero de 2008

¡Que las manos van al pan!


Así es. Cuidado con lo que acercamos a la comida, o a qué comida nos acercamos. Parece que nuestras opiniones acerca de la higiene de los bares (de algunos de ellos, sería mejor decir) no es demasiado positiva.


No debemos olvidar la cantidad de problemas inherentes a la falta de higiene en los alimentos; en ocasiones, no es tanto la limpieza como la sensación de limpieza.


De cualquier modo, es responsabilidad del profesional de la hostelería mantener su puesto de trabajo y su propia indumentaria con las normas de higiene y limpieza inherentes a su ocupación. Los buenos profesionales serán quienes, a la larga, hagan que sus negocios sean prósperos ya que, el buen cliente, es fiel al buen servicio y limpieza.


Sin embargo, también es cierta una realidad; casi no existen materiales formativos actuales sobre la manipulación de alimentos, la higiene en restauración,... No es excusa para descuidar la limpieza de nuestro negocio, pero sí que es cierto que no parece motivante ni adecuado un material preventivo antiguo, aburrido o demasiado complicado.


A quien pueda pensar que estamos exagerando con estos comentarios negativos de los materiales de prevención en restauración, le invitamos a que indague por su parte y podrá comprobar que, salvo en honrosas excepciones, no vamos desencaminados en nuestros comentarios.


Hasta la próxima noticia, miren bien dónde comen...

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