jueves, 3 de enero de 2008

No me cambies nunca


El ser humano es un animal creativo, con fantasía. El arte nos acompaña, nos encanta transformar la naturaleza, lo que nos rodea, con el fin de imprimir nuestra huella...


El problema es cuando lo que modificamos son los equipos de protección individual: los conocidos como EPI. En concreto, el presente artículo se centra en los múltiples cambios en color y estructura que suelen sufrir los cascos de protección en construcción.


No es extraño encontrar cascos con impresionantes dibujos, bajo un fondo negro del que surgen los ojos fogosos de un dragón... Esto no está mal, si no tenemos en cuenta que el color claro del casco ayuda a reconocer al trabajador cuando nos encontramos a gran altura. Si a mitad de tarde utilizamos un casco oscuro es posible que pasemos desapercibidos a los ojos de un operario que no se fije demasiado.


Algo parecido pasa con las cintas interiores que acoplan el casco a la cabeza; en ocasiones se separan del casco, o se nos olvida atar el barbijo para que no se mueva.


Aunque seamos unos artistas inconformistas, aunquen os encante cambiar nuestro entorno, aunque necesitemos expresar nuestro arte... no lo hagamos con las herramientas que sirven a nuestra seguridad. Hay cosas que es mejor no cambiar.

No hay comentarios: