martes, 18 de diciembre de 2007

No sin mi vídeo (3ª parte)

Hay un dicho que reza "la paciencia es la madre de la ciencia". Si es así, me dedicaré a las letras. Y no es cuestión de poco aguante, sino de una serie de despropósitos unidos de la mano y representados por mi querido e idolatrado Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (alabado sea).

En el capítulo anterior nos quedamos con mi cara de satisfacción cuando me dijo el trabajador serio del INSHT que en dos días tendría el DVD en mis manos. Eso era un viernes.
El miércoles siguiente seguía sin el DVD, sin esperanzas en el trabajador público y con un principio de ataque de ansiedad. Decidí, nuevamente, llamarles.
- Sí- ¡era mi amigo, el que me prometió que en dos días lo recibiría!.
- Buenos días - dije con la voz pelín áspera- Hice un pedido la semana pasada, me dijeron que en dos días estaría en mi casa, han pasado cinco contando el día de hoy y no llega.
- ¿Mandó el pedido?
- Sí. Al fax que usted me dio.
- Un momento.

El hombre se retiró del teléfono y volvió al cabo de un buen rato.
- Aquí lo tengo - su voz delataba que lo había olvidado y lo acababa de reencontrar.
- ¿Entonces? - pregunté, cada vez más mosqueado.
- Pues se lo enviaremos hoy y llegará en unos doce o catorce días - explicó
-¡¡¿Qué?!!! - mi grito rebotó en la habitación - Usted me dijo que en dos días estaría.
- Claro - respondió - Si hubiera hecho el pedido por mensajería.
- Pero usted no me avisó de esa opción - me quejé - Sólo me dijo que en dos días llegaba.
- Si tiene algún problema, le paso con mi jefe - fue su única explicación.
- ¡Pues sí, tengo un problema, páseme con su jefe!- estaba ya al borde del colapso.

Se hizo el silencio en la línea telefónica, y la maravillosa musiquita de organillo sonó y sonó. Tras una impresionante versión de Yesterday se escuchó la voz de un hombre de edad:
- Dígame - dijo la voz.
- Buenos días - saludé - Quiero quejarme de la informalidad del Instituto.
- Ya me ha contado mi compañero - respondió - ¿Me puede explicar qué ha pasado?.

Era la frase mágica; le conté todo, la historia completa, las conversaciones, los malos ratos, buscando su comprensión. Vaya, no la encontré.
- Estoy seguro de que mis compañeros no le han dicho todas esas informaciones (refiriéndose a los horarios que no cumplían, a las fechas de entrega, lo de pedir el DVD por mensajero), puesto que el otro día, cuando usted dice que hizo el pedido, estábamos de puente.
- Ya, excepto el señor con el que acabo de hablar - expuse con voz triunfal - Le recuerdo que me dio el número de fax y que yo tengo una copia de entrega de ese mismo día a las 11:00 horas de la mañana.
- Ah - fue su único comentario.
La historia siguió de la siguiente forma: no dio su brazo a torcer, me dijo que tenía todo el derecho a quejarme y no solucionó absolutamente nada.

Hoy he recibido una carta con la factura y una posdata que dice: "Es muy posible que reciba/n esta carta antes que el paquete con las publicaciones. En este caso, se ruega esté/n atentos al aviso de Correos para evitar la devolución." Vaya, parece que la carta es la única que no ha mentido. Y yo, sin mi DVD...

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